miércoles, 17 de febrero de 2010

Las pulsaciones que traspasan al artista Agustín Benelli

Por Rocío L’Amar

Dentro de las fronteras de la poesía
y las artes visuales

Desde el inicio de la historia, el hombre ha sentido la necesidad de manifestar sus inquietudes artísticas en las paredes de los lugares que habitaba. Prueba de este hecho lo demuestran las escenas que se encuentran en varias cuevas en diversos lugares del mundo. Más tarde, el hombre empezó a escribir en las paredes, prueba de ello, los musulmanes escribían partes del Corán como decoración. Asimismo los monjes italianos dejaban mensajes a sus colegas escritos en las paredes de modo que nadie más los entendiera.

Desde que el hombre existe ha tenido como necesidad básica la de comunicarse, la de trasmitir a las futuras generaciones su cultura.

Entonces lo anterior nos sirve como base para establecer ciertas relaciones en lo que hoy entendemos como arte (esa incitación permanente al diálogo, al deseo de ser oído o visto, a la búsqueda incesante del contacto con numerosos receptores, a romper con el anonimato, a entablar algún tipo de amistad a través de la creación artística, etc, etc) dentro de las fronteras de la poesía y las artes pictóricas - como es nuestro interés-.

Los estilos visuales o pictóricos –o las preferencias- de los escritores responden a menudo a sus estilos literarios. Por ejemplo, Edgar Allan Poe hizo un retrato suyo cuyos ojos poseían la misma melancolía que se encuentra acordonada en sus cuentos.

Algunos escritores gozaron plenamente de sus pinturas y llegaron a exponer un contraste con sus escritos, los cuales concebían muchas veces como un reflejo de la miseria. Pintar no fue un escapismo, sino una respuesta, un medio para distanciarse del mundo que les dolía.

Y no es que los escritores quieran alcanzar una obra maestra a través de la pintura. Su audacia es tomar una caja de acuarelas y obtener una sensación táctil y una forma de expresión, en la yema de los dedos, más rápida de obtener que con la pluma. No podemos dejar de mencionar aquí los dibujos de niño de Federico García Lorca, muy destacados en el mundo literario por su fuerza y potencia como sus magníficas obras en prosa y verso. Se cuenta que usaba lápices de colores o el mismo lapicillo con que escribía y dibujó, primero diseños ingenuos, simples, bellos para más adelante hacer dibujos surrealistas que correspondieron a su época.
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Mundos cargados de imágenes

Las relaciones entre pintura y poesía tienen larga historia. En un mundo cargado de imágenes estáticas como el Renacimiento, no pocos poemas eran descripciones de cuadros. La reverencia de la palabra a la imagen fue total: el espejo de la simetría pictórica lo es también de la poética. Hay ejemplos hasta por gusto. El más famoso: "En tanto que de rosa y azucena. . .", soneto de Garcilaso que parece un ejercicio de crónica minuciosa de una mujer de algún cuadro, El nacimiento de Venus de Botticelli. Pero al decir que parece un ejercicio, la analogía quiere establecer y a la vez diferenciar ambas formas de representación.

Tiempo después, el impresionismo y la naciente fotografía entablaron una curiosa pugna. ¿Cómo reproducir esa zona que oscila entre la supuesta objetividad y la ambigua subjetividad? Es el comienzo de las mezclas que conducen a la página en blanco de Mallarmé y al cubismo de comienzos de siglo. La simultaneidad -tan mentada por las vanguardias- ya está en Duchamp y su Desnudo bajando una escalera y en los caligramas de Apollinaire.

¿Fue Degas el que quería ser poeta?, y recibió de Mallarmé la siguiente aclaración: "La poesía no se hace con ideas sino con palabras". Creo que la cosa va por ahí. Salvo que el poeta sea o haya sido pintor, y entonces domina de primera mano dos conocimientos y dos oficios. Pienso en Alberti, que tiene un libro dedicado a la pintura y otro que es un diario poético sobre Picasso. O en Enrique Lihn, que dejó el colegio para ser pintor y devino poeta y crítico de arte.

Importa constatar la predilección por comentar poéticamente la labor general o los trabajos particulares de pintores. Y el interés por la imagen. Es muy fácil caer en la tentación del traslado verbal, saltando del trampolín de la combinatoria de colores a la de las palabras. Este es el gran riesgo. Y se expresa maravillosamente en estos versos: "En lugar de escribir para ti/ quisiera aprender a pintar. . . "(Al aduanero Rousseau).
*Fragmento del artículo de Edgar O`Hara
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El silencio de la pintura y la fotografía

Hay silencios que cuajan como en hielo, en un bloque apretado y duro. Es difícil romperlos. Pero hay otros que se van fraguando ardorosamente y, de pronto, nos rodean de llamas. Romper un silencio de hielo es difícil quizá; pero es más difícil aún romper un silencio de fuego, como éste de la pintura/fotografía. ¿Qué rompe aquí la voz, en este silencio de fuego que nos circunda; en estos silencios de fuego?

En la Pintura y en la fotografía, como en todas las artes poéticas, lo adjetivo se hace sustantivo. Y con esto se empieza a esclarecer la cuestión para la mayoría de los preguntones (y todos debemos pararnos un poco, por lo menos un poco, ante toda pintura, con esta sinceridad interrogante; todos debemos ser siempre, puerilmente, si queréis, ante toda obra poética o artística, un poco, o un mucho, como niños, preguntones).

Esto del qué y el cómo empieza a aclarar la cuestión o las cuestiones, porque las primeras preguntas que suelen hacerse ante el misterio de la creación poética en la pintura y a veces en la fotografía (y toda pintura que lo sea, y, sea como sea, es siempre, como toda cosa de veras, un puro misterio de creación, de poesía), las primeras preguntas que se hacen son éstas de ¿qué es esto?, o ¿qué quiere decir esto?, o ¿qué quiere decir usted con esto?, o también el irritado: ¿pero quiere decirme usted a mí lo que es esto?, en lugar de estas otras de ¿cómo es esto?, o ¿cómo es posible esto?, en las cuales va implícito un acto de fe: de buena fe. Porque en las primeras, no.

La actitud primera sería, cuando mejor, una interrogación absolutamente científica; un afán filosófico desplazado, que se equivoca de camino. Y ni siquiera verdaderamente filosófico, si es verdad que la filosofía, como decían los griegos, empieza por el asombro, por la sorpresa; el que no se sorprende ni se asombra ante lo verdaderamente asombroso, sorprendente, que hay en toda obra de pura creación poética, no tiene derecho a preguntar nada.

Hubo un personaje cinematográfico que decía que prefería dar un tiro a dar una explicación. Es lo mismo de Dante cuando dijo que hay cosas a las que solamente se responde con cotello, con un puñal: con una puñalada. Tiro o puñalada es la respuesta explicativa de todas las artes poéticas; la respuesta hiriente y mortal de su razón poética, que, como dijo Max Jacob, la poesía moderna se salta todas las explicaciones; la poesía moderna y toda poesía, toda forma poética. Lo mismo que la pintura y la música y la fotografía - formas poéticas -; ninguna poesía, ni música, ni pintura, ni fotografía tiene que dar explicaciones, por que es, en principio, por definición, por naturaleza, inexplicable.

Todo el mundo que verdaderamente ha pintado o fotografiado, que ha creado sus mundos o su mundo con la pintura o la fotografía, o en la pintura ha pintado o en la fotografía ha fotografiado, no porque ha querido que se puede querer pintar/fotografiar y no pintar/fotografiar, sino como ha querido; como le ha dado y no porque le ha dado su gana, su ansia, su apetito; que se hace real gana porque es apetito de cosa o de cosas, ansia de realidad, de creación verdadera; afán creador o hacedor de las cosas.

Y esta profunda voluntad, que es en las artes poéticas voluntad de forma, es a lo que se ha llamado, con razón, estilo. No hay cuestiones técnicas en pintura que no queden reducidas a eso solamente: a puras cuestiones de estilo.

Pero es que en esta voluntad de la pintura/fotografía hay un tal deseo de verdad poética, de creación o recreación de las cosas, que el que esto quiere se sitúa en esa última y decisiva y vibrante tensión de la voluntad humana que el transparente lenguaje popular denomina voluntad santísima; cuando se dice que uno lo que quiere es hacer su santísima voluntad, y solamente eso: su santísima voluntad, se atribuye al que esto se refiere una voluntad invencible, intransigente, única.

Y eso - esto nada menos, pero nada más que esto, que es para ellos todo - es lo que quieren el pintor o el fotógrafo o el poeta, que, en definitiva, los tres son un mismo poeta con diferente lenguaje imaginativo.

Y hay que pasar por cada lenguaje imaginativo andando como sobre ascuas, para no quemarnos con ellos; porque es muy frecuente quemarse y chamuscarse con todos estos juegos ardientes de la poesía.

Si escuchamos con los oídos la luz, si abrimos los ojos a estos luminosos silencios, comprenderemos fácilmente cómo todos los lenguajes imaginativos se han originado y radicalmente se funden en un solo lenguaje común: el de la creación poética misma, que es la voluntad sobrenatural de su propia naturaleza. Por eso, cada uno de estos lenguajes es hermético, irreductible; por eso no puede decirse en palabras lo que ya se ha dicho en pintura o en fotografía o en música; pues cada uno de estos lenguajes es, como actividad espiritual que es, lo que llamó Hegel: una especificación cada vez más determinada del pensamiento.
*Fragmento del Texto publicado en la revista «ARTE» de José Bergamín

La poesía es pintura que habla

Según Virginia Woolf, un escritor siempre se preguntará cómo llevar el sol a la página, cómo puede conseguir que el lector vea la luna mientras se eleva en el horizonte por medio de una o dos palabras. Es decir, se preguntará cómo lograr un efecto máximo por medio de recursos mínimos, tal como le sucede a Charles Steele, el pintor de El cuarto de Jacob, quien con una sola pincelada de negro violáceo cambia el tono general del paisaje que acaba de componer sobre una tela.

La formulación de analogías entre la poesía y la pintura se remonta a la afirmación de Simónides de Ceos en el siglo V a. C., recogida por Plutarco, según la cual «la pintura es poesía silenciosa, la poesía es pintura que habla». Y así como se ha atribuido tradicionalmente a Aristóteles el origen de la teoría literaria, también durante siglos se reconoció el origen de la teoría de las relaciones interartísticas en Horacio, que bebió de las fuentes griegas. Su Epístola ad Pisones -que ya Quintiliano consideraba una verdadera ars poética, título con el que luego ha sido conocida -enfatiza y reitera la correspondencia entre ambas artes tal como se plantea en la obra del Estagirita. El lema horaciano, ut pictura poesis, y la idea aristotélica de que la intriga de una tragedia se asemeja a una pintura, proporcionaron desde el Renacimiento hasta el siglo XVIII una constitución al sistema de las artes, constitución basada en la asimilación entre poesía y pintura, y una de cuyas formulaciones más señeras está contenida en una obra tan tardía como Les Beaux-Arts reduits à un même principle del abate Charles Batteux (1746). Fue esta obra la que provocó la reacción de Gotthold Ephraim Lessing contra el entusiasmo por la migración de cualidades y poderes, tanto estéticos como pedagógicos, entre dominios artísticos distintos.

Antes de que se publicara el Laocoonte de Lessing (1766), otras obras habían reclamado ya una distinción precisa entre las artes, como el Paragone de Leonardo de Vinci y las Réflexions critiques sur la poésie et sur la peinture del abate J. B. Du Bos, escritas respectivamente hacia fines del siglo XV y a principios del XVIII. Sin embargo, a diferencia del Laocoonte y su alegato en favor de un estatuto autónomo de la poesía, en dichas obras se sostenía la inferioridad de esta última con respecto a la pintura. Según la distinción que elaboró Du Bos, la lógica de tal jerarquía responde a la naturaleza de los signos de cada una de las artes, dado que los pintores utilizan signos que no son arbitrarios e instituidos, como las palabras que utilizan los poetas. Los signos naturales pictóricos, al presentar los múltiples componentes de una acción o de un escenario en forma simultánea a la mirada del receptor, son capaces de provocar en él un efecto mayor que los signos artificiales lingüísticos, los cuales someten dichos componentes al orden secuencial de una descripción.

Lee señala con acierto que el tipo de relación entre literatura y pintura favorecido por el Renacimiento excedió las pretensiones originales de Aristóteles u Horacio. Dolce fue uno de los que más radicalizó el pensamiento de ambos, y llegó a declarar que los escritores son pintores y que la poesía, la historia, todo lo que un «hombre cultivado» puede escribir, es pintura. En su Dialogo della pittura intitolato l'Aretino (1557), el primer gran tratado de la pintura humanista, predomina la idea de Horacio sobre la conveniencia de crear a partir de formas y temas clásicos. Bellori (1664) reelaboró luego la teoría de Dolce siguiendo en términos estrictos la noción aristotélica de mímesis. Su obra L'idea del pittore, dello scultore e dell'architetto confirma el papel central que tenía la Poética en el siglo XVII e insiste en la idea de que la pintura y la poesía deben imitar acciones humanas en sus versiones más elevadas, idea que luego sería heredada por el neoclasicismo francés.

Poesía fotográfica v/s fotografía poética

Retengamos esta frase, porque con ella se componen los poemas de Agustín Benelli, porque todos y cada uno de ellos son cuerpos de una fotografía familiar. Escrituras blancas sobre hojas negras y/o viceversa. Poesía de los signos. Poesía del significante. Fotografía del énfasis y la intensidad estilística.

En la fantasía de Agustín Benelli sólo se postula el cuerpo sensual de la mujer que aspira a retener en el texto esa luz entre los efectos del claroscuro. Flashes poéticos que nos muestran la verdad del deseo, por un lado, y el placer verbal, por otro. Sin ser intimidante ni fugitivo, nos abre el álbum y nos ofrece sus visiones anotadas como si fueran candelillas en medio de la noche. ¿Será acaso anticipación al poema que realizará? Sospecho que este pasaje es importante porque despierta nuestra lujuria. Esa sensación universal que produce la teniudad de una silueta –por cierto creciente- cuya imagen aparece expuesta. Lo disponible. Lo ofrecido. El asunto. Fotofraseado.

La fotografía traza una secuencia en el espacio que despliega la poesía

Manos y pubis, nalgas y gestos, brazadas y contorsiones, senos y vellosidad, un mundo silencioso que emerge como promesa de un contacto una fricción un roce. Esos fragmentos o collages o gráficas expresan pulsión sexual. En la amplia dimensión de las llamadas es la mujer, misteriosa obviedad de hembra, fémina, compañera, la flotación del arte poético y pictórico de Agustín Benelli.

Vale decir que la creatividad que los poetas tienen en abundancia puede ser contenida a veces en una forma, pero también puede desbordarse en otras disciplinas que van más allá de la escritura, más allá de lo literario.

« Es una realidad la perspectiva/ y es una ilusión la perspectiva », dijo un poeta. De tal modo el arte embellece nuestra observación.

Sin embargo, es importante señalar que ninguno consideraría su actividad alterna como subordinada a la otra. "Se trata de mundos autónomos y complementarios a un tiempo" (según Paz). El poema, la novela, el ensayo o la pintura se escoge como medio de expresión según el deseo, las circunstancias o las exigencias del tema.

A menudo nos encontramos observando fragmentos de las vidas de otras personas. Por lo general, esto sucede a distancia, la mayoría de las veces, a través de una ventana. Y es por los movimientos y los gestos de sus cuerpos que inventamos los posibles dramas de sus vidas. Pero, ¿qué sucedería si una o todas estas personas a quienes vigilamos se volvieran hacia nosotros y nos miraran directamente a los ojos? La incomodidad de ese momento se debería no tan sólo al sentirnos atrapados en un acto de "voyerismo" sino por algo aun más inquietante. En ese momento nos parece intercambiar de lugar. Nos sentimos empequeñecidos, reducidos a las mismas dimensiones de la imagen distante que tendría el otro de nosotros. Nos convertimos en el observado. La mirada parece acusarnos, como si nos atrapara en el acto prohibido de la observación en secreto.

Pero se siente la misma sensación inquietante ante el retrato frontal, ya sea en fotografía o en pintura. La cara me observa constantemente, y, por lo tanto, me aleja de la posibilidad de una meditación y contemplación distanciadas que constituyen la esencia de la poesía. Para ser más precisa, si se pudiera posar y fotografiar a los personajes rodeados de objetos simbólicos que aparecen en nuestros sueños, podríamos acercarnos a la experiencia de estas fotos. Las fotos con poses tienen algo en común: el sujeto nos mira directamente a los ojos. Y es ese contacto ocular lo que tanto inquieta como deleita al observador.
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1- ¿A qué responde la fascinación de los artistas hacia otros campos artísticos, cruzando fronteras, escuchando, mirando y hasta muchas veces trabajando juntos en diferentes medios?

Es importante tener presente que la vida en su naturaleza primigenia, es la interacción de un sinnúmero de fenómenos que por cierto no ha creado el ser humano. Su conocimiento y manipulación a través de la historia, ha configurado una « realidad » especial en cada época. Este proceso en el cual el ser humano domina ciertos fenómenos y crea a su vez otros fenómenos, tiene una incuestionable influencia en la configuración de lo que llamamos el mundo social y cultural. Esta realidad infinita en la cual se mezclan los fenómenos naturales y los artificios creados por el ser humano, requiere de multiples herramientas para interpretarla y expresarla. En este contexto surge la necesidad de algunos individuos en el ambito artístico, de utilzar diferentes soportes para manifestar su reacción frente a los afectos que provoca esta amalgama tan variada de fenómenos que llamamos vida. En este proceso el ser emocional busca conciente o inconcientemente de uno de los fenómenos fundamentales que dan sentido a la vida: la belleza. Que no podemos sin duda definir a cabalidad, pues a semejanza de lo que llamamos realidad, esta es inconmensurable.
El emocionarse tiene su propio campo de acción, y su manifestación se hará visible en grado distinto de acuerdo al medio expresivo que se utilice. La fotografía nunca podrá penetrar tan profundamente en el alma humana como la poesía lo puede hacer. Pero la imagen material tiene una cualidad de representación que la hace única. Esta multiplicidad de respuestas me impulsa a buscar distintos medios para expresar mis emociones y puntos de vista. Por ello me ha interesado la pintura y el dibujo, el teatro, la fotografía y la poesía.

2- Los pintores ven algo en los poetas, distintos a ellos. ¿Cuál es su experiencia?, considerando que en la década del 90 lo conocí siendo pintor, y hoy día usted es fotógrafo, director de teatro, gestor cultural, hace radio, es poeta.

Los pintores, así como todos los seres humanos, realizan distinciones linguísticas del mundo que les rodea, pero su alta sensibilidad y percepción de las formas y el color, los mueve muchas veces a expresar el mundo circundante, sólo a través de la magia de estos elementos. Desde muy niño recuerdo mi interés por el dibujo, una práctica que nunca he abandonado por completo. Mi experiencia tanto en la poesía como en las artes visuales, me permiten señalar que la diferencia sustancial entre pintura y poesía, no existe, en cuanto al proceso creativo. Sin duda, cada arte requiere un dominio de cierta técnica, pero obviando este aspecto básico que todo creador debe poseer, existe una instancia superior, donde por mis vivencias me percato, que hay una fuerza misteriosa que me permite comprender que los elementos con los cuales trabajo tienen la cualidad de insinuarse, de presentarse ante mí como necesarios en un momento determinado. Por lo que siempre aconsejo a los que quieren cultivar algún arte, que se dejen llevar por el inconciente y permitir, como en el caso de la poesía, que las palabras emergan sin ser forzadas, dejar que éstas afloren y que sin duda representarán genuinamente la emoción que el poeta experimenta frente a la realidad que el conoce.

3- Algunos poetas hablan casi como pintores sobre cómo conciben sus obras. Desde la fotografía, que enriquece también progresivamente el lenguaje como experiencia estética, ¿Dónde empieza primeramente a gestarse la metáfora, en el fotógrafo o en el poeta, en Agustín Benelli?

La melancolía es un gran motor mental para encontrar el ámbito ideal donde hallar un estado psicológico apropiado, desde donde experimentar la palabra, con un poder evocativo poderoso. Pero también está la alegría, el disfrute de la vida, el eterno amor. Allí emergen las sensaciones que definen al verbo, esos deseos que convocan de una forma misteriosa la palabra más adecuadas. La emoción que provoca la existencia, tienen su sello particular de acuerdo a su época: por ello creo que ésta tiene de alguna forma sus propias palabras, su propio ritmo. Sólo hay que dejarse llevar por ese pulso vital de una forma honesta y descubrir con asombro la expresión perfecta de su belleza.

4- La literatura y las artes visuales se relacionan de muchas maneras. Imágenes sensoriales, ideas, textura, color, ritmo, espacios, geometría, belleza, etc. ¿De qué forma usted integra el lenguaje visual y poético en sus obras, es decir, dónde coloca usted la tilde del énfasis?

Somos materia, aún lo espiritual es material, nada puede existir en el universo sin una materialidad, ya sea conocida o desconocida. El cuerpo es el vehículo que nos lleva por esta vida, estructura que no hemos elegido, porque venimos a un mundo donde todo estaba hecho y nuestra libertad sólo consiste es conjugar los fenómenos existentes de una forma sabia y positiva. Hecho que el ser humano olvida persistentemente.
Somos dioses que olvidamos que lo somos y pretendemos en cambio ser Dios.
Somos carne y hueso, complejas criaturas donde lo emocional juega un papel esencial.
La textura de mi poesía es la pasión que pulsa el ritmo del verso, dos gotas de agua en las brasas, el vapor hundiéndose en los intersticios del deseo, la geometría de la belleza que me abraza con sus ojos azules y mece el agua en la locura de una barca en Venecia, o en el Bío Bío.

5- Me llama la atención el diálogo o efecto dialogante en ambos géneros –poesía y fotografía- no sé cuándo comienza una y acaba la otra. Sin embargo, ambas comunican, ambas son retratos poéticos asociados al encuentro. ¿Cuál es su reflexión, su pensamiento artístico, del impreso escrito y de la escritura fotográfica?

Creo percibir una profusa imaginería en mi poesía que la hace muy visual. Este aspecto de mi poesía sin duda está ligado a mi particular modo de observar el mundo circundante. Me gusta reparar en los detalles, es decir, de lo particular al todo.
La cercanía de mi poesía y fotografía puede mover al error y percibir una articulación conciente en el proceso de realizar mi escritura poética y su referente fotográfico. Pero no ocurre así, como ya lo he insinuado, cada medio expresivo lo empleo de acuerdo a su naturaleza, sin forzar sus cualidades intrínsicas que posee. No descarto que en la lectura de conjunto, el espectador/lector perciba una relación entre uno y otra.

6- Si tuviera que escoger una obra poética y una obra plástica, ¿Cuáles serían, obviamente de otros creadores, y porqué?

Paul Klee, tiene un lugar especial en el desarrollo de mi trabajo plástico. Fue una de sus obras en la que vislumbré mi particular modo de concebir mi trabajo. Aunque dificilmente algún crítico pueda encontrar algo de su propuesta en mi obra plástica. En esa década, y me refiero a la de los 80, experimento un especial interés por conocer más profundamente el significado de la poesía, que coincide con mi encuentro con el poeta español, Juan Carlos Mestre. Con el cual me une una especial amistad y que junto a otros poetas, aún jovenes buscabamos el sol de medianoche, la diáfana palabra que no esta sujeta al pasado, esa emoción de escuchar el sonido nuevo de la sangre.

7- Contemplar una obra de arte centra al individuo en « sí mismo », promueve su imaginación y tiene una profunda incidencia en su formación sensitiva y cultural. ¿Cuál es su disfrute estético, desde el punto de vista del artista, desde el sistema de valores emocionales, desde la comprensión del corazón?

La música ocupa un lugar muy importante en mi formación artística, y me refiero a los clásicos que desde pequeño he conocido y admirado con profunda devoción. Algunos de ellos son : Beethoven, Mozart, Bach, Max Bruch, Alban Berg, Tchaikovski, Dvorak, Brahms, Rachmaninoff , Sarasate, Saint Saens.
Si, la música ha sido importante en mi vida, aún más, lo ha sido un libro en especial, que ha tenido y tiene una influencia enorme en mi persona. Me refiero a la biblia, un libro que me ha salvado del vacío de la incredulidad, de la amargura de la soledad, y que me ha entregado una profunda visión de la naturaleza humana.
Su riqueza literaria y moral, sin duda un factor importante, como referente, es la obra y vida de Gabriela Mistral.

8- Se cree con frecuencia que los realizadores de artes plásticas no necesitan tener conocimientos específicos y que en este arte no se practica el pensamiento analítico, que hacerlo reprime la “inspiración” poética, no obstante, la investigación demuestra que los artistas acrecientan y le dan calidad a su experiencia sensible y a su imaginario simbólico gracias al manejo experto del lenguaje del arte, a su conciencia histórica y a la reflexión crítica del universo natural, social y cultural en que viven. ¿Qué herramientas, útiles, pertrechos, provisiones, contiene su mochila cultural?

Una profunda reflexión del ser humano, un examinar la historia y sus hechos, comprendiendo que la experiencia humana con todos sus defectos tiene un valor único. El ser humano es capaz de realizar tantas maravillas, que no me deja de sorprender su desbordante inteligencia, y el asombro de pensar que algunos tienen la fantasía de imaginar que descendemos del mono. (¿Miles de años de evolución? ¿Cómo es posible la idea de asignarle una cualidad divina al tiempo?) Un hermoso animal, pero que está muy lejano, infinitamente lejano de las cualidades del ser humano.

9- Estamos concluyendo la entrevista, Agustín Benelli, le propongo realizar una idea, llevar a cabo una analogía entre poesía, pintura, fotografía, teatro, locutorio/radio... cuál sería, según usted, esa semejanza necesaria para coexistir y armonizar con cada grupo?

Expresión y conocimiento de la vida que se comparte, un acercamiento al corazón del otro: la pulsación que traspasa toda la existencia.
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Biografía

Después de licenciarse de la enseñanza media, ingresa a la Universidad de Concepción el año 1982, estudiando en esa casa de estudios, Licenciatura en Educación mención Artes Plásticas. Durante la década del ochenta emprende la búsqueda de su personal lenguaje plástico; sus resultados son exhibidos en diversas salas de exposiciones, tanto en el área de la pintura como en el dibujo. A fines de los 80, realiza, en la Radio Universidad de Concepción FM, durante más de tres años, la producción y conducción del programa “Flashback” y “Un Minuto con el Arte”.
A partir del año 1995, comienza su trabajo en el área visual de la fotografía.
En la Universidad del Desarrollo (Concepción), el año 2000, dicta la asignatura electiva “Taller de Fotografía”, y el año 2004 dicta la cátedra, Fotografía Periodística en la Carrera de Periodismo en esa misma casa de estudio.
Durante los años 2002 y 2003 dicta en la Universidad San Sebastián de la ciudad de Concepción, la asignatura Fotografía Periodística; desarrollando a partir de 2001 diversos talleres, como “La Fotografía más allá de la Técnica, en Busca del Aphoran Perdido” “Fotografía versus Aphorangrafía”, y en la Escuela de Verano de 2003 dicta la conferencia “La imagen Oculta de la Fotografía”.
El año 2004, dicta en la Universidad de Concepción, el taller “Fotografía y Desarrollo Humano”. Nuevamente en la Universidad San Sebastián, dicta, durante el año 2005, un taller anual de Fotografía, y el año 2006, dicta el taller “Aphorangrafía & Fotografía Artística”.
Entre sus galardones destacan, el primer lugar en el concurso ”Nuevos Artistas de la VIII Región” del Instituto Chileno Alemán de Cultura de Concepción, y su selección en el IV Salón Nacional de Gráfica de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Figuran entre sus exposiciones una muestra colectiva en el Museo SAISE de Burdeos, Francia, y en la ciudad de Concepción, a expuesto en el Instituto Chileno Alemán de Cultura, Multisala Alianza Francesa, Instituto Chileno Norteamericano de Cultura, Pinacoteca de la Universidad de Concepción, Galería Pencopolitana de Arte, entre otras.
El año 2007, funda la compañía de teatro “La Rampa”. Como dramaturgo, es favorecido con aportes del Fondart regional 2007 para el montaje de su obra teatral “Tu Cuerpo y el Mío”.
El año 2008, realiza el montaje “El Ocaso de la Mañana”
El 2009, pone en escena la fusión poética: Escondite de Fibras & Materiales Infinitos.
Desde el 2007, retoma la producción y conducción del programa de conversación: Flahsback, en Radio Universidad de Concepción F.M.
Como fotógrafo es favorecido con aportes del Fondart regional 2008 para el desarrollo del proyecto Foto&Grafía, junto al poeta Omar Lara.
Su obra poética está contenida en dos textos inéditos:
« Vacío Incierto » y « Casto de Toda Palabra Inconclusa ».
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Los marineros navegan con su alimento de estrellas
Cubren los mares con su alfabeto de sal
En su orilla errante transita el poeta con su reloj de arena
Sus ojos buscan en el equinoccio la grafía de un ave celeste
Mientras una chispa con su sangre colorea el crepúsculo.

En el aventurado pasar de los días
Su mano inventa un agua que tiembla
Que se agita en el surco subterráneo del deseo.

El lirio ha dejado de florecer
Anochece y las aves abandonan su vuelo.


Con aire de volcán
Su cuerpo es agua y oxigeno
Columna de estrellas en el vértice de su nariz
Ella ondula vapor en la búsqueda de un azul con aroma espacial.

Más allá del cristal el relámpago con lujuria
Escanea mis ojos y atiza su lumbre
Espada que enciende y calcina su propia materia.

El recuerdo de una voz lejana inclina mi cabeza en el silencio
Unta mi boca con bálsamo de nogales
De hojas de limoneros y olores de azafrán.

Pero la noche insistente deambula entre mis huesos
Costilla de otro cuerpo
A veces de granito
A veces de mármol.

Yo sé que las piedras conocen su nombre
Pero yo tartamudo ni siquiera soy piedra
Soy carne sin oído
Cuerpo sin sentido
Aún con toda mi piel no podría palpar
Su materia vacía de toda nada.
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La recorrí con mis brazos en alto
Esperaba tocar algo más que la hondura de su cuerpo.

La luz de la noche en su cristal permanecía vigilante
La lámpara de explorador miraba sus ojos
Cara a cara
Boca a boca.

Todo se agita con su viento de esperma
Todo enrojece en su pupila profunda
Un instante de cumbre y vacío
De vuelo y aullido.
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La vida encubó en sus huesos una historia
Que no puede olvidar
Sus palabras tienen un círculo
Un timbre de agua que lo inunda todo
Su cuerpo cruza los alambres de un viejo catre
Que rechina al menor movimiento de mis manos.

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6 poemas : autoría y voz Agustín Benelli

6 comentarios:

  1. Hermoso poema Agustín.
    abrazos a la compadra y para ti
    ingrid

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  2. Un gran artista, profuso, conmovedor, en una amalgama creativa ricamente expresada.
    Felicitaciones!

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  3. Es lo que llamo un artista completo.El que percibe con su sensibilidad y encuentra arte donde otros no lo ven. El artista nace no se hace.Un placer leer esta entrevista. Mis felicitaciones a Agustín y gracias Rocio por presentarlo.

    Un abrazo.

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  4. excelente,por decir algo...muy interesante!
    gracias Rocio
    un abrazo
    lidia-la escriba encontre un poeta,desconocido por mi y eso es lo interesante y excelente:haber conocido un poeta!!!!!

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  5. gracias por haber venido al Salón chicas bond...

    abrazobeso, Rocío

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  6. Les agradezco sus comentarios, Ingrid, Patricia, Elsa, Lidia... y dejaré que el vaivén de este círculo de elogios me arrulle esta noche.

    Un abrazo,Rocío.

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