EL VIAJERO / Manuel Muñoz Astudillo / Chile

 

El poema comienza con una afirmación contundente: "No es depresión ni angustia", estableciendo de inmediato el tono de la obra. En cambio, se presenta el "cansancio" como la verdad fundamental. Este cansancio parece ser más que físico; es una carga emocional y existencial que impregna la vida del viajero. La referencia a la "nostalgia de la vida sencilla en Quirihue" sugiere una añoranza por una existencia más simple y conectada con sus raíces. 

La evocación del "calor del padre y de la madre" y de los "hermanos que no tuve" revela un anhelo de conexiones familiares que no se materializaron. Este sentimiento de pérdida y ausencia se agudiza al afirmar que esos hermanos "miran desde esa tierra / Cada paso mío / Cada suspiro". Aquí, la tierra parece ser testigo y guardiana de la memoria y la presencia de aquellos que no llegaron a existir.

La imagen del viajero "embriagado de soledad" resalta la sensación de aislamiento y desapego. La alusión a la espera de la enfermedad como una forma de escapar de la vida plantea cuestiones existenciales y la aceptación de la muerte como una liberación. 

El viaje del poeta se representa como una ascensión a través de montañas, escalando palabras y aferrándose a estrellas. Estas metáforas sugieren una búsqueda espiritual y un anhelo de significado en medio de la soledad y la incertidumbre. El poeta se presenta como un "viajero extraño desnudo de herencias", indicando una renuncia a las ataduras del pasado y una búsqueda de autenticidad y libertad. 

La referencia a las estrellas que maúllan y despliegan vibraciones luminosas agrega una dimensión cósmica a la obra. Las estrellas parecen ser testigos y compañeros en la noche oscura del alma, intentando ahuyentar el miedo que se apodera del poeta. La imagen de los robles secos abrazados revela la desolación y la pérdida afectiva. 

El poema concluye con una perspectiva de aceptación y resignación ante la inevitabilidad de lo que está por venir. La afirmación "Solo es / Y será lo que debe ser" sugiere una rendición ante el flujo de la vida y una aceptación de su destino. 

En conclusión, "El Viajero" es un poema introspectivo que aborda temas universales como la soledad, la nostalgia y la muerte, utilizando imágenes poéticas evocadoras para transmitir la experiencia del poeta en su búsqueda de sentido y conexión con la vida y la existencia.

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No es depresión ni angustia
La verdad de la verdad es cansancio
Nostalgia de la vida sencilla en Quirihue
Del calor del padre y de la madre
Y de los hermanos que no tuve
Que miran desde esa tierra
Cada paso mío
Cada suspiro
Cada copa de vino que bebo
Embriagado de soledad
Hay cansancio de esperar la enfermedad
Esa que me lleve
Al lado oscuro de la vida
A la que iré vestido de vagamundo
Viajero extraño desnudo de herencias
Viajero que sube montañas
Escalando palabras
Asido de cada estrella
Titilantes estrellas palpitando
En el techo de mi habitación
Allí anidan, maullando a la noche
Descolgando vibraciones luminosas
En un diapasón de colores
Intentando espantar el miedo
Ese miedo que se apodera de mi alma
Al ver los robles que abrazo secos
En la ausencia del vacío afectivo
Cuando retorne lo andado
Al encuentro de mis padres
Estoy seguro que la esencia vegetal
Inclinará la cabeza a mi paso
Sacudirán sus hojas de plata y oro
Para despedirme
En la serenidad del recuerdo
Sin depresión ni angustia
Solo es
Y será lo que debe ser.