NO TODOS LOS GATOS SON NEGROS / Juan Polizzi / Chile

 

La historia se desarrolla en un entorno rural, con referencias a casas de campesinos, pasto mojado y la torre de alta tensión. Estos elementos contribuyen a la atmósfera y al contexto de la trama. La historia está narrada en primera persona plural, sugiriendo la presencia de un grupo de personas. Se destacan elementos de intriga y rebeldía en su comportamiento, como el uso de la amongelatina y el "Plan B". La narrativa se desarrolla en un tono tenso a medida que los personajes se acercan a su objetivo. La presencia de perros y campesinos agrega un elemento de peligro, creando una atmósfera cargada de suspenso. Estos elementos simbolizan la rebelión y la resistencia de los protagonistas. La pintura luminosa añade un toque surrealista al relato, destacando la naturaleza clandestina de sus acciones.

El autor utiliza descripciones detalladas para crear una imagen vívida del entorno y la acción, permitiendo que el lector se sumerja en la atmósfera de la historia.

En resumen, "No Todos los Gatos Son Negros" de Juan Polizzi es un relato intrigante y lleno de elementos simbólicos, con un tono irónico que agrega complejidad a la trama. La historia refleja la resistencia y la capacidad de crear un ambiente tenso y misterioso. El lenguaje coloquial y expresivo contribuye a la autenticidad del relato.

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Habíamos llegado al kilómetro 15, las casas de los campesinos tenían los chonchones encendidos, para nosotros esto era señal de que aún las mujeres trajinaban preparando los quehaceres del próximo día. Nos acercamos un poco más, la idea era pasar hacia la colina, hasta la torre de alta tensión (la 506) sin que los perros ladraran.

Llevábamos la amongelatina en una de las mochilas, en la otra el “Plan B” embadurnado en pintura luminosa.

Nos arrastramos hasta quedar a no más de 50 metros de la casa más cercana. Nos dirigimos hacia nuestro objetivo, el pasto estaba mojado, el corazón latía desesperadamente… entonces, el primer ladrido de un perro, luego se desató un coro de aullidos y la jauría de animales se acercó en loca carrera, más atrás divisamos a los campesinos que parados en el portal de sus ranchos trataban de ver qué mierda pasaba. Entonces, Jorge abrió la mochila y el Plan B corrió desesperadamente sin destino. Los perros trataron de darle alcance, los lugareños se persignaron al ver la luminosa criatura, asociándola con sus cuentos y leyendas. Aprovechando tal confusión, nos dirigimos hacia la torre, colocamos la carga, respiramos muy hondo y corrimos hacia el camino de regreso. En la lejanía los perros agotados miraban hacia lo alto del árbol, donde un gato, que no era negro, sonreía.